domingo, 5 de julio de 2009

CONMIGO ¡NO CUENTEN!

POR: el chilangosapiens

Yo hasta aquí he llegado, hasta aquí me han hecho llegar, mi decisión no es el resultado de la apatía o del desánimo, mucho menos de la indiferencia, simple y sencillamente estoy harto. Cada año ocurren costosísimas elecciones a lo largo y ancho de este país que representan un enorme gasto para todos nosotros y que en la realidad no aporta un beneficio real para quienes tenemos que costearlas vía impuestos y reducción de presupuesto en otros rubros tan necesarios como la investigación científica, o la educación superior. ¿Qué clase de democracia se puede preciar de serlo cuando permite que su instituto electoral reconozca triunfos que se obtienen haigan sido como haigan?. ¿Qué clase de democracia tolera partidos políticos como el verde ecologista?, único partido verde en el mundo que ha sido expulsado de la comunidad mundial de partidos ecologistas. Hoy la disyuntiva no esta entre elegir al candidato de un partido o de otro, sino en aceptar esta situación o no, en ser parte del problema o de la solución, y el voto al que hoy nos convocan no es parte de la solución que como país requerimos. En muchas ocasiones las cúpulas de poder que controlan nuestro país nos han demostrado su desprecio, casos como el recientemente ocurrido en Hermosillo confirman que no somos vistos como ciudadanos, dependiendo de la situación los ojos de los poderosos nos, miran como masas, clientes, televidentes, consumidores, y en estos tiempos electorales nos convierten en sus cómplices. Nos utilizan para legitimar triunfos que le resuelven la vida a unos cuántos, nos convocan a las urnas con el pretexto de cumplir con un deber ciudadano, y nos señalan como malos “ciudadanos” cuando faltamos a esta obligación. Se hace todo lo necesario para convencernos de una democracia que no existe, se utilizan exorbitantes cantidades de dinero en ello y el resultado siempre es el mismo, millones y millones de personas sumergidas en la pobreza de todo tipo, mientras que la riqueza se mantiene concentrada en muy pocas manos.
¿Es esa clase de democracia a la que ahora nos invitan a participar hoy?, pues conmigo ¡no cuenten!.

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