¿Ya pusiste tu arbolito?, ¿tu nacimiento?, ¿ya adornaste tu casa con toda clase de artilugios propios de la temporada navideña?, si tu respuesta a alguna de estas preguntas es afirmativa, bien por ti, que bueno que a pesar de la terrible situación en la que estamos metidos, aún queda ánimo de festejo, ¿por casualidad te has puesto a pensar que colgarle series de luces hasta al perico de tu casa tiene consecuencias nocivas para ti, para tu familia y en general para todos?.Seguramente el apogeo de la temporada navideña que desde el mes de septiembre prepararon las cadenas de tiendas para adueñarse de una buena porción de tu aguinaldo, ha distraído tu atención de sucesos de mucha mayor trascendencia.
La intención no es la de amargarte tus fiestas, si tienes la fortuna de contar con un empleo en donde además tienes la posibilidad de recibir un dinero extra para “festejar” esta época del año, ¡pues disfrútalo!, y en verdad disfrútalo porque nadie te puede asegurar que los años que están por venir tengas la posibilidad de seguir celebrando como hasta ahora lo hemos venido haciendo, sobre todo si tú eres de los que hasta echan competencias con los vecinos para ver quién le pone más luces a su casa.
La cultura del consumismo nos ha enseñado a convertir nuestras propias casas en una extensión de las tiendas mismas, las excesivas luces con las que se adornan ventanas, techos, bardas, jardines y demás, hacen parecer a éstos más a escaparates comerciales y en algunos casos hasta burdeles, que a un verdadero hogar. Todo lo que la cursilería comercial nos ofrece para “vivir el espíritu navideño” no tiene absolutamente nada que ver con el acontecimiento que se celebra, estas costumbres nos ofrecen un ilusorio y banal estado de bienestar de consecuencias desastrosas. Se nos ha enseñado a consumir a niveles patológicos sin tener la más mínima conciencia de lo que estamos haciendo, pues para los grandes intereses comerciales y religiosos que controlan a nuestro mundo es más importante excitar nuestros sentidos que nuestra conciencia.
Las consecuencias de esta manera de vivir están demostrando la paradoja en la que hemos vivido todos estos años, paradoja que sin embargo ha reportado reales y sustanciales beneficios para un puñado de sujetos que nos han dado pan y circo, como parte de su frenética carrera por la obtención y acumulación de poderes efímeros que nada valen fuera de la cultura que han construido. Y a pesar de que los inviernos cada vez son más cálidos y de ver un enorme iceberg que se aproxima a las costas de Australia, el mundo capitalista-occidental, incluidos nosotros, nos preparamos para celebrar las fiestas que más recursos consume en todo el año y en los últimos años, el colmo es que por estas mismas fechas ha coincidido la reunión de los líderes políticos de este mundo occidental para evaluar la conveniencia de cambiar los hábitos de esta manera de vivir.
Por eso te recomiendo que disfrutes plenamente estos días, tus lucecitas, tus regalos, tu comida, tus alcoholes, etc.. pues como te podrás dar cuenta hemos llegado al límite, ya no sólo es la situación económica mundial o nuestra larga lista de crisis nacionales, ¡nuestro planeta ya no nos puede soportar más! y a menos de que tengas parientes en otro planeta no nos queda más que cuidar lo que nos queda de éste, hemos llegado al borde del abismo.
¡FELICIDADES!
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