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el chilangosapiens
No hay duda, definitivamente aquél deslenguado de botas tenía razón, México ya cambió, hoy nuestro país ya es otro, otro distinto del que existía cuando nuestros destinos dependían del patriotismo de la revolución institucionalizada, y otro mucho más distinto todavía del que muchos esperaron con la llegada de la “alternancia” al poder. Algunas cosas mejoraron, la gran mayoría empeoraron, pero sin lugar a dudas la realidad que ¡hoy, hoy, hoy! vivimos, es más angustiante y desesperanzadora que nunca.
Tradicionalmente la resaca económica que las fiestas de fin de año dejaban en nuestros bolsillos eran superadas durante los primeros meses del año siguiente; en aquellos entonces nos quejábamos de los sacrificios y dificultades que implicaba superar la cuesta de enero, ¡JÁ-JÁ!, ¡puras niñerías! , pues ¡hoy, hoy, hoy! la cuesta de enero ya no se supera en enero, ni en febrero, ni en marzo, ni en abril, y quién sabe si lleguemos a librarla para el próximo diciembre, pues el catarrito pronosticado por el ex secretario de Hacienda nos ha asegurado una empinadísima cuesta para los meses que le restan a este año, sobra recordar que aún no terminamos el primer mes del año.
Y eso no es todo, pues si a empinadas nos referimos, habrá que recordar los “formidables” nombramientos de quienes ahora encabezan la secretaría de Hacienda y El Banco de México, cuyas trayectorias no son nada alentadoras para quienes conformamos las grandes mayorías de este país. Hoy estamos padeciendo los resultados que dejaron en sus antiguos puestos, y como bien dice el dicho que para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo, nos los han enjaretado nuevamente, ahora en cargos públicos de mayor relevancia, para ensanchar aún más la brecha que divide a los multimillonarios de este país con respecto del resto de todos nosotros.
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